El Altar familiar es un tiempo dedicado regularmente para orar los unos por los otros, alabar y adorar el santo nombre de Jesús y leer la biblia para conocer cada día más los patrones para vivir nuestra vida.
Cuando desarrollamos una vida devocional constante en familia y como pareja, los problemas suelen resolverse más fácilmente y se genera un ambiente de armonía, gozo y paz en el hogar.
Un hogar edificado sobre la roca (que es la oración), el conocimiento de la palabra de Dios y la llenura del Espíritu Santo, será como las raíces de un árbol, no se ven, pero son el sostén de todo lo demás, se estará firme cuando lleguen las pruebas, las dificultades, los problemas que echarían por tierra a un hogar que no haya edificado su hogar sobre la roca.
El Altar familiar trae muchos beneficios a los hogares cristianos: Padres asumiendo su liderazgo familiar, esposa e hijos aprendiendo a vivir la vida cristiana en su propio hogar, ya que es la familia y no la iglesia, ni la escuela cristiana, la que tiene la responsabilidad primordial de la instrucción bíblica y espiritual de los hijos.
Es un medio por el cual la palabra de Dios puede ser exaltada en el hogar, los niños pueden ser instruidos en el temor de Dios, su deber hacia los padres y también toda la familia crece en la gracia del Señor.
Construye un altar familiar y el fuego del Espíritu Santo ardera continuamente y no se apagara.
“Estará el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana, el fuego del altar ardera en el. El fuego ardera continuamente en el altar, no se apagara”. Levítico 6:9,13
Por: Pastor Williams Alvarado
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